Estaba revisando mis publicaciones en este humilde blog y le di una re-leída al post “los nuevos supremacistas” y creo que me falto tocar un par de temas y como lo dice el título de este post, son los de la actitud mesiánica y el síndrome del exgordo, ambos muy de moda y que encajan perfectamente en el post anterior como clasificación aparte y de estudio exclusivo para cada uno.
El Mesías
Considero que es aquel individuo, sea del género que sea, que va por la vida predicando verdad, “SU verdad” y que se esfuerza para infortunio de los demás a que la crean y la tomen como propia.
Es ese o esa persona que dice con tal seguridad:
- Lo que yo hago y como lo hago, es lo correcto.
- Lo que a mí me gusta, debe de gustarte a ti.
- Como yo vivo, debes de vivirlo de igual manera.
- Como yo soy, es como deben ser los demás.
¿Por qué? Pues porque así debe de ser.
Todo lo anterior siempre con un velo de mentira y que solo quien no conoce o a conocido a este tipo de personas, se la creen completita y lo aceptan y lo toman como ejemplo y como resultado, la actitud mesiánica se activa potencializada y se reafirma. No es más que una vida falaz.
El exgordo
Otro individuo, ya sea hombre o mujer, que vive en el engaño.
En teoría, debería de ser feliz y no tener esa actitud mesiánica, pues logro superar y dejar atrás esos kilos de más. Pero la realidad es que a toda costa quieren olvidar su pasado de gordo y se esconden tras una imagen sana-light-fit-forever, sin embargo, con ese comportamiento solo pasan de ser gordos a exgordos ocultos tras una cirugía mágica que no quieren dar a conocer o tras ese tratamiento milagroso a base de medicamentos agresivos, volviéndolos mezquinos pues atacan a todo aquel que se parece mucho o poco a lo que en el pasado ellos fueron.
En general, van por la vida con una mano alentando a todos a un buen vivir y ofreciendo ayuda y consejos (que nadie les pidió ¬¬) y con la otra mano van ofendiendo de todas las maneras posibles, llegando incluso a la agresión directa, a los gordos que les recuerdan su pasado.
Por si tenias pendiente
Cuando llegue a bajar de peso, no fue con cirugía, pero si con un tratamiento muy agresivo de varios medicamentos y seguramente algo de ejercicio como apoyo en el proceso, y sin temor a equivocarme, también sufrí de este síndrome del exgordo y me disculpo si a alguien lo llegue a hartar.
Ahora, vuelvo a estar gordo y hablo con conocimiento de causa pues he estado en ambos lados de la tortilla. ¿Tortilla?, ¡quiero unos tacos!
Ciao!