«No hay mal que dure cien años, ni gente que los aguante» decía mi abuela y es que no hay nada mas cierto que este popular dicho.
Tener unos días de vacaciones te ayuda, te relajas, puedes ir de viaje o atender pendientes personales, tramites, etcétera y enfocarte en otras cosas o en no hacer nada, pero desconectarte definitivamente de tu trabajo es necesario para poder disfrutar de estos días.
Y han pasado uno, dos, tres, cinco o seis días y comienzas a sentirte como león enjaulado. Es normal.
Cuando estamos acostumbrados a cierta rutina y ritmo de vida, el letargo, la inactividad o simplemente dejar de hacer lo que haces de manera cotidiana, después de unos días te pone de malas y ya estas deseando regresar a la rutina.
Eso mas o menos me pasa a mí. Disfruto al 100% mis días de vacaciones, pero luego de que han pasado mas de cinco días, comienzo a sentirme inquieto y quiero regresar a la “aldea” y retomar la actividad.
¿Será la edad o ya estoy loco?
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Fotos: Maaark | StartupStockPhotos
Me ha pasado.
Uno siente esa necesidad de sentirse útil, productivo.
Después de varios días encerrado en casa comienzas a sentir que se te esta yendo la vida en nada.
Un gusto leerte, saludos!
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Gracias por el comentario.
La verdad es que una pausa de unos cuantos días, es muy bien recibida.
Pero como lo mencionas, cuando sientes que la vida se te va en «nada», es horrible.
Un saludo.
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